Amadeus
Al inicio de la obra, Salieri es un hombre viejo, cuya fama ha desaparecido y está convencido de que él envenenó a Mozart. Hablando directamente a la audiencia, promete explicar cómo lo hizo. La narración regresa al siglo XVIII, cuando Salieri todavía no había conocido personalmente a Mozart, pero había oído sobre él y su música. Salieri admira las composiciones de Mozart y está emocionado por conocerlo durante un salón literario en el que se tocaran algunas de sus obras. Sin embargo, cuando ve a Mozart finalmente, Salieri queda decepcionado ya que la personalidad de Mozart no concuerda con la grandeza de sus piezas. La primera vez que ve a Mozart, este se arrastra por el suelo jugando con su futura esposa, Constanze Weber.
Salieri no puede entender porque Dios le ha dado un genio tan grande a una persona como Mozart. Salieri, quien ha sido un católico devoto durante toda su vida, no puede creer que Dios haya elegido a Mozart y no a él para un don tan grande, por lo que renuncia a su religión y decide hacer todo lo que esté en su poder para destruir a Mozart.
Durante el resto de la obra, Salieri se hace pasar por amigo de Mozart mientras se esfuerza para destruir la reputación del compositor y evitar el éxito de sus piezas. En muchas ocasiones sólo la intervención del Emperador José permite que Mozart siga adelante con sus planes. Salieri también humilla a Constanze cuando le pide ayuda para su marido y esparce rumores sobre la persona de Mozart en la corte del Emperador.
La obra termina con Salieri tratando de suicidarse en un último intento para lograr la fama, dejando una carta confesando falsamente que envenenó a Mozart con arsénico. Sin embargo, Salieri sobrevive y nadie cree su confesión, dejándolo nuevamente en la mediocridad.
Casablanca
Durante la Segunda Guerra Mundial, Casablanca era una ciudad a la que llegaban huyendo del nazismo gentes de todas partes: llegar era fácil, pero salir era casi imposible, especialmente si el nombre del fugitivo figuraba en las listas de la Gestapo. En esta ocasión el principal objetivo de la policía secreta alemana es el líder checo y héroe de la resistencia Victor Laszlo, cuya única esperanza es Rick Blaine, propietario del 'Rick’s Café' y antiguo amante de su mujer, Ilsa. Cuando Ilsa se ofrece a quedarse a cambio de un visado para sacar a Laszlo del país, Rick deberá elegir entre su propia felicidad o el idealismo que rigió su vida en el pasado.
La obra de teatro original se inspiró en el viaje a Europa que hizo Murray Burnett en 1938, viaje durante el cual pudo visitar Viena justo antes del Anschluss. Murray visitó también la costa sur de Francia en la cual co-existían, no sin dificultad, asentamientos de nazis y refugiados. Los locales nocturnos de la zona inspiraron, pues, tanto el Café de Rick (especialmente uno llamado «Le Kat Ferrat») como el carácter del personaje Sam, el pianista (basado en un pianista negro que Burnett vio en Juan-les-Pins) En la obra teatral, el personaje de Ilsa era una estadounidense llamada Lois Meredith y no encontraba a Laszlo sino hasta después de que su relación parisina con Rick había terminado. Además, en la obra de teatro el personaje de Rick era un abogado.
Los primeros escritores principales en trabajar en el guion fueron los gemelos Epstein, Julius y Philip, quienes eliminaron el trasfondo del personaje Rick y aumentaron los elementos de comedia. Después intervino el otro escritor reconocido en los créditos, Howard Koch, pero trabajando en paralelo con ellos y haciendo énfasis en otros aspectos. Koch resaltó los elementos políticos y melodramáticos. Según parece, fue el director Curtiz quien favoreció las partes románticas, al insistir en que permanecieran los flashbacks hacia París. Aún a pesar del gran número de escritores involucrados, el filme tiene eso que Ebert describió como un guion de «maravillosa unidad y consistencia». Más tarde Koch afirmaría que fue la tensión que hubo entre su propia visión y la de Curtiz la que motivó que «sorpresivamente, estos acercamientos desparejos de alguna manera se ligaron, y quizá eso fue debido en parte a este tire y afloje entre Curtiz y yo, que le dio a la película un cierto balance». Julius Epstein anotaría posteriormente que el guion contenía «más maíz que en los Estados de Kansas y Iowa juntos. Pero cuando el maíz sirve, no hay nada mejor». La palabra inglesa original, corn (‘maíz’) también se refiere, en el slang, a un tipo de humor tonto, gastado, banal y sentimental.
El filme se topó con algunos problemas cuando Joseph Breen, miembro del cuerpo de auto-censura de la industria hollywoodense (el Production Code Administration), expresó su oposición a que el personaje del Capitán Renault solicitara favores sexuales a cambio de visados y a que los personajes de Rick e Ilsa hubieran dormido juntos en París. Ambos puntos, de todos modos, permanecieron en forma implícita en la versión final.
La casa de Bernarda Alba
Es una obra teatral en tres actos del escritor Federico García Lorca, escrita posiblemente en 1936.
La obra cuenta la historia de Bernarda Alba que, tras haber enviudado por segunda vez a los 60 años, decide vivir los próximos ocho años en el más riguroso luto. Quizá el rasgo más destacable sea su fanatismo religioso. Con ella viven cinco hijas: Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela.
Sin personajes masculinos en escena. El apellido de las mujeres de la obra es simbólico y significa castidad.
Tras la muerte de su segundo marido, Antonio María Benavides, Bernarda Alba decide recluirse y guardar rigurosísimo luto, tanto ella como sus cinco hijas. El luto es roto por la llegada de Pepe el Romano, que pretende a la mayor, Angustias. Si bien es una costumbre real, Lorca lo retrata insinuando que además de ser "un drama de las mujeres en los pueblos de España", tiene también la intención de documental fotográfico. La obra comienza con la entrada de las sirvientas hablando del despotismo de Bernarda y con la llegada inmediata de esta, confirmando su riguroso trato a ellas y sus hijas, e imponiendo silencio. Cuando la hija mayor hereda una fortuna grande que atrae a un pretendiente (Pepe el Romano), celos y pasiones se desatan en la casa, desembocando en un final trágico con la muerte de la más joven, Adela, quien no quiere someterse a la voluntad de su madre. Bernarda finaliza la obra diciendo que su hija ha muerto virgen, así mostrando su preocupación social, la cual es más importante que la muerte de su hija.
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