Tan sólo un año después realiza su primera aparición cinematográfica de la mano de Francisco Rovira Beleta, en la película Los atracadores. Ese mismo año rueda Juventud a la intemperie de Ignacio F. Iquino, y se aparta del cine durante los siguientes nueve años.
Durante ese tiempo consagra su carrera al teatro, interpretando por ejemplo, El adefesio (1966), de Rafael Alberti. En 1974 se traslada a Madrid y retoma una carrera cinematográfica que terminará superando la cifra de los cien títulos. Se trata, pues, de uno de los actores españoles con una filmografía más abultada, casi siempre en papeles secundarios y condicionados por su físico alto y enjuto, aptos especialmente para el género de la comedia. Destaca en su trayectoria el personaje del mayordomo en la película Patrimonio Nacional (1981), de Luis García Berlanga.
A principios de los noventa también trabajó como actor de doblaje en los estudios de Arcofón, en Madrid. Participó en series como Colombo y en la serie de animación Los Caballeros del Zodiaco donde interpretó muchos personajes, pero su voz está muy asimilada al malvado personaje Máscara de Muerte de Cáncer y al noble Aioria de Leo. Fue la voz habitual de Capella de Auriga, el Fénix Negro, Reda, Zid de Zeta, Kasa de Leunades y Kanon de Dragón del Mar. También interpretó en capítulos sueltos a Tatsumi, Argol de Perseo, Tremmy de Flecha, Camus de Acuario, Siegried de Alfa, Hagen de Beta y a personajes episódicos.
Actualmente se encuentra embarcado en un nuevo proyecto, una serie de terror online titulada Cementerio de historias, en la cual interpreta el papel de "El Enterrador", misterioso personaje que narra en cada capítulo una historia diferente, que abarcan desde el gore y el humor negro hasta el thriller y el suspense y cada una es absolutamente independiente de las otras.
El argumento gira en torno a un grupo de amigos veinteañeros obligados a enfrentarse a sus vidas y a sus conflictos, asumir que ya no son unos adolescentes y que tienen que elegir el camino a seguir. El protagonista del musical inicia un radioblog en internet en el que se dedica a airear las intimidades de sus amigos. Con el poder que otorga la union de la música y la radio para modular y amplificar emociones, intenta ayudarles a tomar decisiones en su camino hacia la madurez, pero finalmente acaba provocando más caos y confusión.
En 40 EL MUSICAL hay un programa de radio pero no es un musical sobre la radio. Es una comedia romántica con toques dramáticos, en la que la amistad, la lealtad, el amor, la emoción y sobre todo el humor comparten protagonismo con la música a lo largo de dos horas y media de duración, en dos actos.
La banda sonora, interpretada en riguroso directo, incluye casi 100 canciones (completas o fragmentos) elegidas de entre los mayores éxitos de la música española e internacional.
40 EL MUSICAL es el musical de la música y desde la apertura de puertas al público, antes de cada función, un DJ hará desfilar los mas grandes éxitos anticipando la fiesta que se vivirá en cada representación y añadiendo una hora más de entretenimiento por el mismo precio.
Al inicio de la obra, Salieri es un hombre viejo, cuya fama ha desaparecido y está convencido de que él envenenó a Mozart. Hablando directamente a la audiencia, promete explicar cómo lo hizo. La narración regresa alsiglo XVIII, cuando Salieri todavía no había conocido personalmente a Mozart, pero había oído sobre él y su música. Salieri admira las composiciones de Mozart y está emocionado por conocerlo durante unsalón literarioen el que se tocaran algunas de sus obras. Sin embargo, cuando ve a Mozart finalmente, Salieri queda decepcionado ya que la personalidad de Mozart no concuerda con la grandeza de sus piezas. La primera vez que ve a Mozart, este se arrastra por el suelo jugando con su futura esposa,Constanze Weber.
Salieri no puede entender porqueDiosle ha dado un genio tan grande a una persona como Mozart. Salieri, quien ha sido uncatólicodevoto durante toda su vida, no puede creer que Dios haya elegido a Mozart y no a él para un don tan grande, por lo que renuncia a su religión y decide hacer todo lo que esté en su poder para destruir a Mozart.
Durante el resto de la obra, Salieri se hace pasar por amigo de Mozart mientras se esfuerza para destruir la reputación del compositor y evitar el éxito de sus piezas. En muchas ocasiones sólo la intervención del Emperador Josépermite que Mozart siga adelante con sus planes. Salieri también humilla a Constanze cuando le pide ayuda para su marido y esparce rumores sobre la persona de Mozart en la corte del Emperador.
La obra termina con Salieri tratando de suicidarse en un último intento para lograr la fama, dejando una carta confesando falsamente que envenenó a Mozart conarsénico. Sin embargo, Salieri sobrevive y nadie cree su confesión, dejándolo nuevamente en la mediocridad.
Casablanca
Durante la Segunda Guerra Mundial, Casablanca era una ciudad a la que llegaban huyendo del nazismo gentes de todas partes: llegar era fácil, pero salir era casi imposible, especialmente si el nombre del fugitivo figuraba en las listas de la Gestapo. En esta ocasión el principal objetivo de la policía secreta alemana es el líder checo y héroe de la resistencia Victor Laszlo, cuya única esperanza es Rick Blaine, propietario del 'Rick’s Café' y antiguo amante de su mujer, Ilsa. Cuando Ilsa se ofrece a quedarse a cambio de un visado para sacar a Laszlo del país, Rick deberá elegir entre su propia felicidad o el idealismo que rigió su vida en el pasado.
La obra de teatro original se inspiró en el viaje a Europa que hizo Murray Burnett en 1938, viaje durante el cual pudo visitar Viena justo antes del Anschluss. Murray visitó también la costa sur de Francia en la cual co-existían, no sin dificultad, asentamientos de nazis y refugiados. Los locales nocturnos de la zona inspiraron, pues, tanto el Café de Rick (especialmente uno llamado «Le Kat Ferrat») como el carácter del personaje Sam, el pianista (basado en un pianista negro que Burnett vio en Juan-les-Pins) En la obra teatral, el personaje de Ilsa era una estadounidense llamada Lois Meredith y no encontraba a Laszlo sino hasta después de que su relación parisina con Rick había terminado. Además, en la obra de teatro el personaje de Rick era un abogado.
Los primeros escritores principales en trabajar en el guion fueron los gemelos Epstein, Julius y Philip, quienes eliminaron el trasfondo del personaje Rick y aumentaron los elementos de comedia. Después intervino el otro escritor reconocido en los créditos, Howard Koch, pero trabajando en paralelo con ellos y haciendo énfasis en otros aspectos. Koch resaltó los elementos políticos y melodramáticos. Según parece, fue el director Curtiz quien favoreció las partes románticas, al insistir en que permanecieran los flashbacks hacia París. Aún a pesar del gran número de escritores involucrados, el filme tiene eso que Ebert describió como un guion de «maravillosa unidad y consistencia». Más tarde Koch afirmaría que fue la tensión que hubo entre su propia visión y la de Curtiz la que motivó que «sorpresivamente, estos acercamientos desparejos de alguna manera se ligaron, y quizá eso fue debido en parte a este tire y afloje entre Curtiz y yo, que le dio a la película un cierto balance». Julius Epstein anotaría posteriormente que el guion contenía «más maíz que en los Estados de Kansas y Iowa juntos. Pero cuando el maíz sirve, no hay nada mejor». La palabra inglesa original, corn (‘maíz’) también se refiere, en el slang, a un tipo de humor tonto, gastado, banal y sentimental.
El filme se topó con algunos problemas cuando Joseph Breen, miembro del cuerpo de auto-censura de la industria hollywoodense (el Production Code Administration), expresó su oposición a que el personaje del Capitán Renault solicitara favores sexuales a cambio de visados y a que los personajes de Rick e Ilsa hubieran dormido juntos en París. Ambos puntos, de todos modos, permanecieron en forma implícita en la versión final.
La obra cuenta la historia de Bernarda Alba que, tras haber enviudado por segunda vez a los 60 años, decide vivir los próximos ocho años en el más riguroso luto. Quizá el rasgo más destacable sea su fanatismo religioso. Con ella viven cinco hijas: Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela.
Sin personajes masculinos en escena. El apellido de las mujeres de la obra es simbólico y significa castidad.
Tras la muerte de su segundo marido, Antonio María Benavides, Bernarda Alba decide recluirse y guardar rigurosísimo luto, tanto ella como sus cinco hijas. El luto es roto por la llegada de Pepe el Romano, que pretende a la mayor, Angustias. Si bien es una costumbre real, Lorca lo retrata insinuando que además de ser "un drama de las mujeres en los pueblos de España", tiene también la intención de documental fotográfico. La obra comienza con la entrada de las sirvientas hablando del despotismo de Bernarda y con la llegada inmediata de esta, confirmando su riguroso trato a ellas y sus hijas, e imponiendo silencio. Cuando la hija mayor hereda una fortuna grande que atrae a un pretendiente (Pepe el Romano), celos y pasiones se desatan en la casa, desembocando en un final trágico con la muerte de la más joven, Adela, quien no quiere someterse a la voluntad de su madre. Bernarda finaliza la obra diciendo que su hija ha muerto virgen, así mostrando su preocupación social, la cual es más importante que la muerte de su hija.
Es un grupo de teatroespañol. Creado en Barcelona en 1979, por Marcel·lí Antúnez Roca, Quico Palomar, Carles Padrissa y Pere Tantinyà, desde 1984 se define como un grupo de teatro urbano que busca un espacio escénico distinto del tradicional. En los ochenta y a través de sus espectáculos Accions, Suz/o/Suz y Tier Mon, la base de su trabajo está formada por una gama de recursos escénicos que incluyen música, movimiento, uso de materiales naturales e industriales, aplicación de nuevas tecnologías y la implicación del espectador directamente en el espectáculo. Todo está dominado por una creación colectiva donde el actor y el autor eran una misma entidad. Esta estética creará su propia definición con el término "lenguaje furero".
Entre sus espectáculos, premiados en numerosas ocasiones, destacan:
(Vilanova de Arousa, 1869 - Santiago de Compostela, 1935) Narrador y dramaturgo español, cuyo verdadero nombre era Ramón Valle Peña. La muerte de su padre le permitió interrumpir sus estudios de derecho, por los que no sentía ningún interés, y marcharse a México, donde pasó casi un año ejerciendo como periodista y firmando por primera vez sus escritos como Ramón del Valle-Inclán.
De vuelta a España, se instaló en Pontevedra; publicó diversos cuentos y editó su primer libro, Femeninas (1895) que pasó inadvertido para la crítica y el público. Viajó a Madrid, donde entabló amistad con jóvenes escritores como Azorín, Pío Baroja y Jacinto Benavente y se aficionó a las tertulias de café, que no abandonó ya a lo largo de su vida. Decidió dedicarse exclusivamente a la literatura y se negó a escribir para la prensa porque quería salvaguardar su independencia y su estilo, a pesar de que esta decisión lo obligó a una vida bohemia y de penurias.
Tuvo que costearse la edición de su segundo libro, Epitalamio (1897), y por esa época se inició su interés por el teatro. Una folletinesca pelea con el escritor Manuel Bueno le ocasionó la amputación de su brazo izquierdo. Con el propósito de recaudar dinero para costearle un brazo ortopédico que el escritor nunca utilizó, sus amigos representaron su primera obra teatral, Cenizas, que fue su primer fracaso de público, una constante en su futura carrera dramática.
En 1907, Valle-Inclán se casó con la actriz Josefina Blanco y, entre 1909 y 1911, se adhirió al carlismo, ideología tradicionalista que atrajo al autor por su oposición a la sociedad industrial, al sistema parlamentario y al centralismo político. En 1910, su esposa inició una gira por Latinoamérica en la que él la acompañó como director artístico. Durante el viaje, la compañía teatral de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza contrató a Josefina Blanco y, de vuelta a España, estrenó dos obras de Valle-Inclán, Voces de gesta (1911) en Barcelona y La marquesa Rosalinda (1912) en Madrid.
A pesar de sus fracasos teatrales, hacia 1916 ya se le consideraba un escritor de prestigio y una autoridad en pintura y estética, por lo que el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes lo nombró titular de una nueva cátedra de estética en la Academia de San Fernando en Madrid. Esto supuso un alivio para su crónica escasez de dinero, pero, por problemas burocráticos y la propia incompatibilidad del escritor con la vida académica, abandonó muy pronto el cargo. Invitado a París por un amigo francés (en 1915 se había declarado partidario de los aliados, lo que lo llevó a la ruptura con los carlistas), pasó un par de meses visitando las trincheras francesas, experiencia que describió en La media noche. Visión estelar de un momento de guerra (1917).
La década de los veinte significó su consagración definitiva como escritor y un replanteamiento ideológico que lo acercó al anarquismo. Cuando, en abril de 1931, se proclamó la segunda república, el escritor la apoyó con entusiasmo y al año siguiente fue nombrado Conservador General del Patrimonio Artístico por Manuel Azaña, cargo del que dimitió en 1932 para dirigir el Ateneo de Madrid.
En 1933, fue nombrado Director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma, ciudad en la que vivió un año. Enfermo, regresó a España y fue ingresado en una clínica en Santiago de Compostela donde murió después de manifestar su hostilidad hacia un gobierno de derechas.
Arriba canta el pájaro y abajo canta el agua.
(Arriba y abajo, se me abre el alma.)
Entre dos melodías la columna de plata.
Hoja, pájaro, estrella; baja flor, raíz, agua.
Entre dos conmociones la columna de plata.
(Y tú, tronco ideal, entre mi alma y mi alma.)
Mece a la estrella el trino, la onda a la flor baja.
(Abajo y arriba, me tiembla el alma.)
Este poema refleja perfectamente las características de Juan Ramón Jiménez: para él poesía es belleza, muestra la belleza de la naturaleza, le gusta exaltar lo bello. Expresa el sentimiento de unión con la naturaleza. Tiene una especial idea de Dios, a quien identifica con la naturaleza o con la belleza absoluta. Es un poema metafísico y abstracto.
Aun soñaba en las dulzuras de esta tarde.
Estoy solo; mis amores están lejos;
y mi alma que se muere de tristeza,
de nostalgia y de recuerdos,
se sumía fatigada
en la bruma de los sueños.
Esta tarde han florecido
los vergeles de los cielos;
los crepúsculos pasados fueron grises
cual monótonos crepúsculos de invierno.
Esta tarde renació la primavera:
los velados horizontes descubrieron
sus aldeas indecisas;
hubo rosas y violetas en lo azul del firmamento,
hubo magia fabulosa de colores y de esencias;
fue un crepúsculo de aquellos
de las dulces primaveras que mi alma
ve vagar en sus recuerdos.
En la nada flotó un algo de profundas transparencias
y los giros de las brisas, un momento
dibujáronse temblando;
una onda ensombrecía los misterios
de la tarde...
En el cielo religioso
las estrellas del crepúsculo entreabrieron;
y mi alma se perdió en la vaga bruma
de los últimos jardines melancólicos y quietos...
Aun soñaba en las dulzuras de esta tarde.
Estoy solo; mis amores están lejos.
He entreabierto mi balcón:
por oriente ya la luna va naciendo;
las fragantes madreselvas
dan al aire de la noche las unciones de sus frescos
y balsámicos perfumes;
están tristes los luceros.
En mi oído vibra el ritmo de las voces que se aman.
Me da horror de estar a solas con mi cuerpo...
El silencio me contagia;
estoy mudo..., en mis labios no hay acentos...
Me parece que no hay nadie sobre el mundo,
Me parece que mi cuerpo
se agiganta; siento frío, tengo fiebre,
en la sombra me amenazan mil espectros...
He sentido que la vida se ha apagado
sólo viven los latidos de mi pecho:
es que el mundo está en mi alma;
las ciudades son ensueños...
Sólo turba la quietud solemne y honda
el temblor de los diamantes de los cielos.
Estoy solo con mi alma
que se muere de tristeza, de nostalgia y de recuerdos.
¿A quién cuento mis pesares?
Me da miedo de turbar este silencio
con sollozos. ¡Si escuchara algún suspiro!
¡Mis amores están lejos!
Por los árboles henchidos de negruras
hay terrores de unos monstruos soñolientos,
de culebras colosales arrolladas
y alacranes gigantescos;
y parece que del fondo de las sendas
unos hombres enlutados van saliendo...
Los jardines están llenos de visiones;
hay visiones en mi alma..., siento frío,
estoy solo, tengo sueño...
Los recuerdos se amontonan en mi mente,
los suavísimos recuerdos
de las tardes que me dieron sus colores,
sus esencias y sus besos.
¡Son tan dulces esas tardes de la tierra!,
(¡ah, las tardes de los cielos!)
Ya la luna amarillenta
va subiendo.
Mis pupilas, anegadas por el llanto,
se han cuajado de luceros.
Siento frío...¡Quién pudiera
dormitar eternamente en su ensueño,
olvidarse de la tierra
y perderse en lo infinito de los cielos!
Llega un aire perfumado, caen mis lágrimas;
estoy solo; mis amores están lejos...
El poema transmite la tristeza y la actual oscuridad de su amor mientras recuerda pasiones pasadas.
En el recuerdo estás tal como estabas.
Mi conciencia ya era esta conciencia,
pero yo estaba triste, siempre triste,
porque aún mi presencia no era la semejante
de esta final conciencia
Entre aquellos geranios, bajo aquel limón,
junto a aquel pozo, con aquella niña,
tu luz estaba allí, dios deseante;
tú estabas a mi lado,
dios deseado,
pero no habías entrado todavía en mí.
El sol, el azul, el oro eran,
como la luna y las estrellas,
tu chispear y tu coloración completa,
pero yo no podía cogerte con tu esencia,
la esencia se me iba
(como la mariposa de la forma)
porque la forma estaba en mí
y al correr tras lo otro la dejaba;
tanto, tan fiel que la llevaba,
que no me parecía lo que era.
Y hoy, así, sin yo saber por qué,
la tengo entera, entera.
No sé qué día fue ni con qué luz
vino a un jardín, tal vez, casa, mar, monte,
y vi que era mi nombre sin mi nombre,
sin mi sombra, mi nombre,
el nombre que yo tuve antes de ser
oculto en este ser que me cansaba,
porque no era este ser que hoy he fijado
(que pude no fijar)
para todo el futuro iluminado
iluminante,
dios deseado y deseante.
Es un poema que transmite muchos sentimientos. Tiene una gran cantidad de recursos sensoriales que activan la imaginación y la empatía de su amor. Te hace pensar que estás en el paisaje del que habla.
Presentación en Windows Movie Maker del poema VI de Juan Ramón Jiménez.
Canción: para Elisa, Mozart.
Juan Ramón Jiménez nace el 23 de diciembre de 1881, en Moguer, en la provencia de Huelva, España, donde vive junto a su familia hasta los 15 años. En 1896 se traslada a Sevilla, para hacerse pintor y estudiar en la Universidad la carrera de Derecho. Empieza a escribir poesía a principios de siglo, y en 1911, se muda a la capital de España, Madrid. Poco después conoce a su futura esposa, Zenobia CampubíAymar, y cinco años más tarde se casan en la ciudad de Nueva York. Es allí donde empieza Juan Ramón una nueva etapa en su creación poética.
El matrimonio vive a lo largo de los años en España, en los Estados Unidos (Washington, D.C., y Coral Gables, FL), en Cuba y en Puerto Rico. Juan Ramón no deja nunca de buscar una poética sencilla y pura, y en 1956 la Academia sueca le otorga el Premio Nobel de Literatura. Pocos días después, en Santurce, P.R., muere su mujer de cáncer, y Juan Ramón se recluye en casa. En 1958 muere el gran poeta español, también en Puerto Rico, e inmediatamente después los cuerpos de él y su mujer son trasladados definitivamente a España, donde reciben sepultura en el cementerio de Jesús, de Moguer.
¡Feliz año a todos los lectores y compañeros del blog! ¡Esperamos que se cumplan vuestros deseos y vuestros propósitos para este nuevo año!
Año nuevo, Rubén Darío:
A las doce de la noche, por las puertas de la gloria y al fulgor de perla y oro de una luz extraterrestre, sale en hombros de cuatro ángeles, y en su silla gestatoria, San Silvestre.
Más hermoso que un rey mago, lleva puesta la tiara, de que son bellos diamantes Sirio, Arturo y Orión; y el anillo de su diestra hecho cual si fuese para Salomón.
Sus pies cubren los joyeles de la Osa adamantina, y su capa raras piedras de una ilustre Visapur; y colgada sobre el pecho resplandece la divina Cruz del Sur.
Va el pontífice hacia Oriente; ¿va a encontrar el áureo barco donde al brillo de la aurora viene en triunfo el rey Enero? Ya la aljaba de Diciembre se fue toda por el arco del Arquero.
A la orilla del abismo misterioso de lo Eterno el inmenso Sagitario no se cansa de flechar; le sustenta el frío Polo, lo corona el blanco Invierno y le cubre los riñones el vellón azul del mar.
Cada flecha que dispara, cada flecha es una hora; doce aljabas cada año para él trae el rey Enero; en la sombra se destaca la figura vencedora del Arquero.
Al redor de la figura del gigante se oye el vuelo misterioso y fugitivo de las almas que se van, y el ruido con que pasa por la bóveda del cielo con sus alas membranosas el murciélago Satán.
San Silvestre, bajo el palio de un zodíaco de virtudes, del celeste Vaticano se detiene en los umbrales mientras himnos y motetes canta un coro de laúdes inmortales.
Reza el santo y pontifica y al mirar que viene el barco donde en triunfo llega Enero, ante Dios bendice al mundo y su brazo abarca el arco y el Arquero.